Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información Cerrar

napoleon ilustracionNAPOLEÓN DE STENDHALnapoleon papel algodon

Ocaso y caída de Napoleón

Los Cien Días

París fue ocupado el 31 de marzo de 1814. El 3 de abril fue depuesto por el Senado, y bajo la presión de sus mariscales, Napoleón abdicó salvaguardando los derechos de su hijo el 4 de abril, pero ante la imposibilidad de emprender una ofensiva sobre París por la defección de Marmont, abdicó nuevamente el 6 de abril, esta vez incondicionalmente, y así poder negociar con los aliados. El 11 de abril, el tratado de Fontainebleau estableció la renuncia de soberanía en Francia e Italia para sí y su familia, y su exilio a la isla de Elba, una isla pequeña a 20 km de la costa italiana, manteniendo su título de emperador vitaliciamente.

El Congreso de Viena (1814–1815) dispuso el nuevo orden en la Europa post-napoleónica. En Francia, los realistas instalaron en el poder a Luis XVIII. María Luisa y su hijo quedaron bajo la custodia del padre de ésta, el emperador Francisco I, y Napoleón no volvió a verlos nunca. Consciente de los deseos de los ingleses de desterrarlo a una isla remota en el atlántico y del rechazo del pueblo francés a la restauración borbónica, escapó de Elba en febrero de 1815 y desembarcó en Antibes el 1 de marzo desde donde se preparó para retomar Francia.

El rey Luis XVIII envió al Quinto Regimiento de Línea, comandado por el Mariscal Michel Ney, que había servido anteriormente a Napoleón en Rusia. Al encontrárselo en Grenoble, Napoleón se acercó solo al regimiento, se apeó de su caballo y, cuando él estaba en la línea de fuego del capitán Randon, gritó «Soldados del Quinto, ustedes me reconocen. Si algún hombre quiere disparar sobre su emperador, puede hacerlo ahora». Tras un breve silencio, los soldados gritaron «¡Vive L'Empereur!» y marcharon junto con Napoleón a París. Llegó el 20 de marzo, sin disparar ni un solo tiro y aclamado por el pueblo, levantando un ejército regular de 140.000 hombres y una fuerza voluntaria que rápidamente ascendió a alrededor de 200.000 soldados. Era el comienzo de los Cien Días. Establecido de nuevo en París, promulgó una nueva constitución, de carácter más democrático y liberal que la vigente durante el imperio. Muchos veteranos acudieron a su llamada, comenzando de nuevo el enfrentamiento contra los aliados. El resultado fue la campaña de Bélgica, que concluyó con la derrota en la batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815. El pueblo de París lo apoyaba en la lucha pero los políticos le retiraron su apoyo, por lo que abdicó en favor de su hijo Napoleón II. Marchó a Rochefort donde capituló ante el capitán del buque británico Bellerophon.

Exilio en Santa Elena y muerte

Napoleón fue encarcelado y desterrado por los británicos a la isla de Santa Elena en el Atlántico, el 15 de julio de 1815. Allí, con un pequeño grupo de seguidores, dictó sus memorias y criticó a sus aprehensores.

Enfermo del estómago durante mucho tiempo, aquejado de una continua pesadez y un dolor en el costado derecho, los médicos creían que era una afección hepática, pero él sospechó inmediatamente que estaba atacado de la misma dolencia de su padre, un cirro en el píloro o cáncer de estómago,8 pero no se lo dijo a nadie hasta que estuvo lo suficientemente seguro de que así estaba sucediendo. Sin embargo, recientes investigaciones realizadas a muestras de cabello del general (cortado poco tiempo después de morir) que habían estado guardadas en un sobre vacío, revelan que estaban impregnadas con arsénico hasta tal punto, que se necesitaban dosis altamente peligrosas para lograr aquella concentración. Esto último sugiere que es altamente probable que pudo morir a causa del veneno (lo que también concordaría con sus síntomas), ya sea de forma intencionada o no.

Napoleón Bonaparte murió el 5 de mayo de 1821. Sus últimas palabras fueron: «France, l'armée, Joséphine» («Francia, el ejército, Josefina») o, según la versión de las memorias de Santa Elena «...tête...armée...Mon Dieu !». Tenía entonces cincuenta y un años.

Napoleón había dispuesto en su testamento el deseo de ser enterrado a las orillas del Sena, pero se le dio sepultura en Santa Elena. En 1840, a instancias del gobierno de Luis Felipe I, sus restos fueron repatriados. Trasladados en la fragata Belle-Poule, se depositaron en Les Invalides (París), la llegada de los restos de Napoleón fue muy esperada en Francia. Durante su funeral sonó el Réquiem de Mozart.

Cientos de millones de personas han visitado su tumba desde esa fecha.

Valoración

Desde su mismo ascenso al poder, la figura de Napoleón ha sido objeto de las críticas más acerbas y de la adulación más servil.
Hay quien considera que, a pesar de las críticas, hay que reconocer las obras beneficiosas para la sociedad hechas por Napoleón. El Código de Napoleón sirve de base para las leyes de muchos países actualmente. En los países conquistados Napoleón instaura regímenes parecidos a los de la Revolución francesa, garantiza los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Su organizado gobierno logra sacar a Francia del caos en el que estaba sumida durante y tras la Revolución. En suma, Napoleón insertó en los países conquistados la idea de libertad, igualdad y fraternidad.
Thomas Jefferson se mostraba menos amable con los logros del corso, al que trataba en estos términos:

[un] miserable que (...) provocó más dolor y sufrimiento en el mundo que cualquier otro ser que hubiera vivido anteriormente. Después de destruir las libertades de su patria, ha agotado todos sus recursos, físicos y morales, para regodearse en su maniática ambición, su espíritu tiránico y arrollador (...) ¿Qué sufrimientos pueden expiar (...) las desdichas que ya ha afligido a su propia generación,y a las venideras, a las cuales ya ha agobiado con las cadenas del despotismo (...) El Atila de nuestro tiempo (...) ha causado la muerte de cinco o diez millones de seres humanos, la devastación de otros países, la despoblación del mío, el agobiamiento de todos sus recursos, la destrucción de sus libertades (...) Ha hecho todo esto para hacer más ilustres las atrocidades perpetradas, para engalanarse a sí mismo y a su familia con diademas y cetros robados.

Detalles Napoleon

napoleon cofre firmado "Formato: 20x25,5 cms"

napoleon firmado "2 Volúmenes"

napoleon jornadas "Técnica grabado: “pochoir”"

napoleon acrilico"Tirada limitada: 620 ejemplares numerados"

napoleon grabado"Idioma: francés (Incluye Vol. traducción al castellano)"

Calamoart: Napoleon de Stendhal edicion dos volumenes grabado Pochoir tirada limitada ejemplar numerado Napoleon Europa Cien Dias Bibliofilia
Calamoart, Arte y Bibliofilia: Facsimiles Libros Obras enciclopedias ediciones Coleccionista Autor Reproduccion Limitada Numerada